jueves, 27 de junio de 2013

Creo que el camino empezó aquí, usando de escalera mis vértebras


El ser humano sólo es una extensión de la propia vida. Somos los antidepresivos que se traga cada día el planeta, una escayola mal colocada en la anatómica lógica situada entre idealización e idealización.
Las ideas nacen de pausas. La pausa es la clave en todo orden cronológico para capturar cualquier haz de ingenio. El ingenio está condenado a permanecer en el olvido, en una jaula en la que le dejaremos comer de vez en cuando la vida, un ingenio abrigado de decadencia.
El ingenio crea cosas bellas. Los poetas son capaces de diferenciar los tipos de belleza. Del ingenio nace la belleza intelectual, la más invisible y la más poderosa. Otro tipo de belleza sería la estética. La belleza intelectual es a la belleza estética lo que el cuerpo es al alma. La belleza estética es la que reina en la sociedad actual. Al contrario que la belleza intelectual, esta sí tiene fecha de caducidad y tiene menos poder sobre los seres en los que recae.
El problema nace de confundir los tipos de belleza. Este tipo de confusión es indispensable y necesario para todo ser humano a la hora de ser feliz.


4 comentarios:

  1. Que "las ideas nacen del la pausa", Mar, es una obviedad tan grande que casi nadie la tiene en cuenta. Bueno, los poetas (que no necesariamente son los que escriber versos) se alimentan de ese axioma. La duración de la pausa, la densidad de ese tiempo entre tiempos es la que nos permite ser algo más que cronómetros balbucientes y whatsapeantes.
    Este blog mismo es una muestra excelente de lo que son las treguas, las pausas para aprendre a valorar (y generar) la belleza estética y la intelectual.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, espero llevar siempre la teoría a la práctica, y viceversa.

      Eliminar
  2. Escrito contradictorio por momentos, diáfano y oscuro a partes iguales y aunque a veces te contradices, eso es algo intrínseco al ser humano...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo lo llamaría confrontación. En el fondo siempre fui una contradicción muy caótica.

      Eliminar