Estoy en la cocina y mis piernas están apoyadas sobre mí
estoy en la cocina y la luz del techo podría estar apagada
las baldosas son cuadradas como las ventanas pero no como el mantel
la sensación de verticalidad vuelve hacia mí
la sensación de
que todo se
apaga
vuelve arrasando toda cordialidad pseudopoética y
me caigo en la enorme piscina que hay ante mí
que me abraza porque
no necesita ser de ninguna forma
ni
imitarla
porque
solo necesita ser los demás
para poder existir