miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tus ojos translúcidos en mi cama
Nubes entre las sábanas
Me abrazo a mi misma
Una opacidad azul me envuelve
Tus ojos
Te abrazo
Desapareces
Llueve en mi cama

En el reflejo de tus ojos translúcidos,
la opacidad caduca de la lluvia

lunes, 3 de diciembre de 2012

"Nunca" y otras enfermedades del alma

Las raíces hacia atrás. En tu nuca. La ventana abierta hacia dentro. La herida hacia fuera.
Luz verdosa en los pies. Cuando la vida amanece y me estiro hacia el techo y toco las tejas de mis orejas.
Una gota de lluvia en mi interior disuelta en aguarrás con una pizca de imágenes distorsionadas del mediodía.
Somos frío. Somos líneas perpendiculares a la realidad. Pero sin fin. Rectas no segmentos. Rectas. Pero tan tan curvas y repetitivas...
Tomo té antes de entrar. Miro la hora. La hora yace muerta en la utopía. Me mira semidespierta. Me mira.
Me pierdo. Paraguas negros al final de la calle. Todo se ilumina pero ya no hay luz. La calle se distorsiona. La realidad juega con diferentes perspectivas y me clava las uñas. Y me obliga a seguir caminando entre paraguas. Entre el invierno.
Y me dejo llevar entre los claroscuros de las miradas ajenas. Y los colores hacen el amor entre ellos pero no son colores. Pero la nostalgia me besa la espalda. Y en el reflejo de los charcos veo la lluvia que se encuentra poco después con su reflejo pero los edificios se distorsionan con la luz de los escaparates. Todo es gris. Paraguas negros en la calle creando una capa cromática. Creo en una irrealidad cromática en todos los aspectos y matices. Color es luz.
Me pierdo entre un oscuro cromatismo. La lluvia me empapa. No hay paraguas negro. Solo hay cielo.
Me pierdo en el reflejo del cielo.