viernes, 9 de noviembre de 2012

Se reflejó en la taza de café
mientras la opacidad de los sueños 
se filtraba por las grietas de su cuarto. 
La habitación hexagonal 
filtraba la luz de las farolas
con persianas que eran
pestañas de ojos del cielo.
Metamorfosis de los pensamientos
que se diluían con el café.
A punto de cruzar la carretera de la tristeza.
Las autopistas rojas recorren tu cuerpo. Rápido.
Me quedaré en la sombra.
Quiero amanecer en el fondo de tu pupila.
Edificios que se reflejan en el iris de la cordura.
Más café, cariño.
Calcetines de lana y un millón de estrellas en el pelo.
Mis ojos tienen balcones que dan a París. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario