martes, 26 de junio de 2012

Brillante y resplandeciente cielo
bajo mis pies dormidos.
Tras ventanas se encuentran más ventanas vendando tus ojos.
Suave voz que me marchita.
Recuerdo que no recordaba y, y... la noche cayó tras mi suelo inerte.
Nunca volveremos a bailar un vals.
Y a las doce de la noche
las estrellas bailaron conmigo. Y yo, sin mi, en las estrellas...
Mañana es otro paso hacia la nada.

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