domingo, 18 de marzo de 2012

Me eché a correr calle abajo, a las 6 de la madrugada y sin dormir.
Miré al cielo contaminado de recuerdos,  se alzaba sobre mí, preguntándome cosas, reflejando las pocas estrellas en mis ojos, arropando las nubes que las tapaban.
Lo real y lo imaginario se empezaron a besar encima de una montaña a lo lejos de mi cordura, intenté alejarme de todo el mundo, desconocerlos a todos para que todo fuese un principio feliz…
El frío bailaba vals sobre mi nuca, el aire olía a mañana resucitando…de repente un coche me asustó en el silencio de la madrugada, a lo lejos sus luces parecían un sueño desapareciendo de la mente.
El tiempo esperándome en el final de una calle estrecha y oscura, pájaros negros coloreando el azul del cielo mientras los frenos de un coche se semejaban a los chillidos de un amanecer que no quería despertar…
Mis parpadeos se convirtieron en pétalos en el suelo, todo se quedó frío, intacto, noté en mis pupilas colores parpadeantes.

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