¿¿No escuchas ese ruido?? ¡Es todo lo que te han querido! Por favor arráncame los oídos.
¿Ves esas lineas verticales? Se cruzan con el horizonte de tu mirada.
Calla.
Todo el aire que te rodea es un suspiro de la realidad.
Miré hacia la Luna. Había olvidado todas nuestras conversaciones.
Me perdí en espirales. Me perdí en espirales sin tiempo ni espacio.
Y despacio me fui acercando hacia el abismo, se encontraba en el borde de tus pestañas.
Hola, soy el chillido de un amanecer muriendo. Y tú...eres el aire que entra por mi ventana...
Soy alérgica a ti, y aún así te respiro...por eso moriría por ti , moriría hasta que mis venas estallasen.
Un río de sangre dulce, porque es derramada para ti.
Yo era la luz que te abanicaba tenuemente.
Murió llorando, nació sonriendo.
Tus días eran cigarrillos consumidos. Y mientras yo volaba detrás de puertas kilométricas.
Has nacido, recuerda éso hasta que hayas muerto.
Hubo días en los que me convertí en uno de los lunares de tu cuerpo.
Recopilé tus parpadeos, me consumí...
¿Sabes que todo lo que escribes tiene la capacidad de volar? Y vuelas cuando escribes, sí, creo que cuando escribes sientes que vuelas....¿Me equivoco?
ResponderEliminarTodo lo que escribes vuela y se va y desaparece, una y otra vez, hasta que uno aprende cómo leerte, aprende a agarrarse y volar, y yo nunca había sentido el alma volar, Mar....
¿Te parece que nos tomemos un café mañana? A las 5 en tu cabeza, nos iríamos a la mía sin problema, pero me gusta como decoras tus interiores. Podríamos quedar fuera pero creo que tu alma sabe interpretar mucho mejor que tus oídos y tus ojos, así que no me arriesgo a que te mientan, quiero que me entiendas cuando te hablo. Me apetece beber un café y conocerte, o a la inversa, porque también es posible que el café tenga cosas interesantes que contarme.
Eres como el café si tuviese vida
EliminarMe apetece descubrirte tras el velo de tus palabras. Todos mis sentidos explotarían. Mi alma saltaría por mis ojos y la vería enfrente de mí, convertida en ti.