Hoy, fui en coche con un señor bastante raro. Era muy esbelto, estaba en los huesos y llevaba gafas redondas. Le temblaban las manos al conducir. Tenía puesta en el reproductor un música un tanto extraña; jazz mezclado con sonidos extraños, parecidos al ruído.
Me ha contado su vida como quién no quiere la cosa… Y ha sido fascinante.
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